04 abril 2013

Oz, un mundo de fantasía

Comienzo con los análisis de los filmes exhibidos en la 10ª Muestra Syfy de Cine Fantástico (es un misterio si los reseñaré todos).

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Oscar Diggs es un prestidigitador de poca monta que tiene su show en un circo de mala muerte, viajando por puebluchos perdidos y conquistando, de paso, a las pueblerinas de turno. Un día le toca huir de un enfadado marido, para ello se monta en un globo y termina engullido por un tornado que le transporta a un mundo mágico donde será el protagonista de una profecía.

Sam Raimi se ha ganado la simpatía de muchos aficionados al género fantástico gracias a sagas como Posesión infernal, las dos primeras películas de Spider-man y Arrástrame al infierno, pero también se ha ganado la desconfianza de no pocos cinéfilos al perpretar cintas tan ridículas como Spider-man 3. Por lo tanto, el visionado de Oz, un mundo de fantasía (Oz the Great and Powerful, 2013) me lo tomé con ciertas precauciones, pero también con un poco con la ilusión de encontrarme con un producto divertido.

Al inicio daba la impresión de que sí, que ibamos a reencontrarnos con el Raimi gamberro, son en los primeros minutos de la cinta, en blanco y negro, formato cuadriculado y situada la acción en el mundo ordinario (Kansas, para ser exactos), donde más se ve esta faceta del realizador estadounidense, una vez que la pantalla se ensancha y aparecen la multitud de colores del mágico País de Oz, la historia no tarda en caer en tópicos, en sucesivos déjà vu, con unos contados momentos sazonados de brillantez. A esto se le suma el hecho de que sobran minutos, es una cinta de hora y media que se alarga por encima de las dos.

Aparte del mono, la muñeca de porcelana y un uso del 3D notable (las llamas o las palomas saliéndose de la pantalla -sin lanzársela al público- en los primeros compases de la aventura), hay que destacar la labor de James Franco (El origen del planeta de los simios, 127 horas), que dibuja un embaucador muy carismático. Un reparto, por cierto, donde las mujeres tienen mucho que decir, estando Rachel Weisz, Michelle Williams (Mi semana con Marilyn) y Mila Kunis (Cisne negro, El libro de Eli); la tercera ha sido la que más me ha encandilado con su interpratación, sobre todo cuando su personaje es una bruja ingenua; mientras que la protagonista de La momia y Ágora me ha decepcionado un poco, sobre todo porque es una de mis actrices favoritas y aquí parece que hace un trabajo alimentario. Cómo no, Bruce Campbell no falla a la cita y tiene un papel, aunque es complicado reconocerle.

En definitiva, que Oz, un mundo de fantasía es una película que entretiene, tiene de hecho varios puntos geniales, pero en conjunto es flojilla, convencional.

LO MEJOR:
-El arranque en el mundo ordinario.
-Algunos puntos que salpican la cinta, sobre todo uno que transcurre en el bosque.

LO PEOR:
-Le que tiene de colorido le falta de imaginativo.

¿Quién debería verla?
Los niños probablemente se lo pasen muy bien.

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