06 junio 2013

Los últimos días

Una extraña enfermedad se ha propagado por todo el globo, la gente tiene terror de salir a la calle, y cuando lo hace muere irremisiblemente. En pocos meses las calles de las ciudades otrora llenas de vida pasan a estar desérticas, refugiándose los supervivientes en los edificios de oficinas, los supermercados o las cloacas. La historia se desarrolla en Barcelona, donde Marc (Quim Gutiérrez) hará un trato con Enrique (José Coronado) para buscar a su novia a cambio de una linterna.

Cada vez es más frecuente ver cine español de género que no se encuadra solo en la serie B (o Z), sino que tiene ambiciones comerciales y desde luego que también artísticas (y lúdicas, claro). Por poner un ejemplo reciente, a finales de 2012 se estrenó Fin (de la que algún día publicaré reseña), película que tuvo una campaña mediática ambiciosa, si bien dejó a no pocos un tanto fríos hay que reconocer que es un producto interesante; y en marzo lo hizo Los últimos días (ídem, 2013), película apocalíptica realizada por los hermanos Pastor, quienes no cambian de registro en su segundo largometraje tras el que fuera su debut en el cine, Infectados, que rodaron en Norteamérica y con dinero yanqui, ambos firman además el libreto.

No se puede negar que Lo últimos días es un filme ambicioso, el simple hecho de mostrar una ciudad como Barcelona devastada y desierta ya lo es, se agradece que de vez en cuando no sea Nueva York, Londres o París el escenario apocalíptico, aunque en este caso sea bastante evidente la inspiración de Soy leyenda (ese plano donde dos perros corren entre los coches abandonados en la calle, por ejemplo) en lo que se refiere a la transformación de un escenario cotidiano en otro extraordinario. Pero a diferencia del film de Francis Lawrence, son los humanos (no hay vampiros que valgan) los que viven encerrados, tanto de día como de noche, los que cavan pasadizos desde los edificios para buscar una salida a los túneles del metro o las alcantarillas, para así poder moverse en busca de alimento y agua. Lo cierto es que este mundo pergeñado por David y Álex Pastor funciona muy bien, incluso la pandemia que lo asola resulta verosímil (algo que no ocurría con Fin) y de ella se puede extraer alguna metáfora. Donde hay que buscar los problemas es en el desarrollo de la historia y, sobre todo, en algunas escenas que son tópicas o cuya solución resulta facilona, son estos momentos donde el espectador se sale de la película. Por suerte, lo que es a mí me volvieron a reenganchar al poco con otras secuencias mucho más inspiradas, e incluso en un par lograron que echara más de una lagrimilla.

En todo filme un reparto acertado supone puntos a favor, y aquí el tándem José Coronado (No habrá paz para los malvados) Quim Gutiérrez (Primos) funciona, dos personajes contrapuestos que encajan y que le da mayor interés a la trama, teniendo en cuenta que comparten muchísimas escenas si no hubieran funcionado la película habría sido un fracaso. A ellos se le suman la bella (y sufridora) Marta Etura (Eva, Mientras duermes); Leticia Dolera (Rec 3: Génesis), querida por cualquiera que haya asistido a la Muestra Syfy; o Ivan Massagué (el tartamudo de El laberinto del fauno), entre otros.

Es cierto que Los últimos días es un film irregular, pero también es verdad que si sumamos el conjunto de sus partes las hay más que son positivas. Su comienzo es prometedor, y durante la mayor parte de su metraje nos ofrece buen cine, pero hay varios puntos, sobre todo pasada la primera mitad, que lo empañan, aun así el resto del film, la buena química de la pareja protagonista y Marta Etura, hacen que uno termine satisfecho con su visionado. No es una obra maestra, pero sí una película amena (intensa a ratos) e interesante.


LO MEJOR:
-La pareja protagonista, Quim Gutiérrez y José Coronado.
-Sale muy poco, pero Marta Etura siempre es un buen motivo para ver una película.
-Varios momentos especialmente emotivos, como el reencuentro, cuando ven un edificio en llamas, o cuando recogen el agua de lluvia.
-La banda sonora de Fernando Velázquez.
-Que se siga apostando por el cine fantástico patrio, y además un cine con ganas de ganarse al público.

LO PEOR:
-Algunas decisiones de guion un tanto tópicas, como el encuentro con el “animalito” peludo; o el regreso en el momento justo para salvar al compañero de fatigas. Son detalles que hacen que el film no sea redondo.
-No hacía falta alargar el final hasta el momento que lo hacen, la imagen del pequeñajo caminando hubiera sido más que suficiente.

¿Quién debería verla?
Cualquier aficionado al cine fantástico y, sobre todo, los que gocen de ver cómo la humanidad se va, una vez más, al garete.

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