08 junio 2017

Alien: Covenant

Prometheus (esa vilipendiada película a la que, curiosamente, cada vez más personas defienden) me fascinó, me sorprendió notablemente y me dejó con ganas de más. Pero la cosa se ha hecho esperar más de la cuenta (cinco años ni más ni menos) y, como era previsible, la acogida de gran parte de los fans de la saga Alien no ha sido especialmente cálida, aunque en esta ocasión parece que a la crítica le ha gustado algo más el invento.

La Covenant es una nave colonizadora que, tras unos problemas técnicos debidos a un fenómeno cósmico, recibe una extraña señal de un planeta con buenas condiciones habitables. Deciden ir en busca de la señal y comprobar de paso si el desconocido astro es una buena opción para quedarse. Pronto descubren que no lo es.

Fundamentalmente las quejas sobre Prometheus se basaban en la sorpresa de muchos de que aquello no fuera una película 'estilo Alien', eso no les gustó y tampoco lo aceptaron, así que los directivos de Fox querían que el siguiente film se acercara más a la mítica cinta de 1979, mientras que Scott deseaba seguir por la nueva senda. Se podría decir que Alien: Covenant (ídem, 2017) sigue la estela del anterior filme en la mayoría de su recorrido, acercándose más a la cinta seminal de la saga (con varios guiños incluidos) en su tramo final, quizá así, podría haber pensado Ridley Scott, todo el mundo quedara contento.

Algo que, por lo que he notado por las redes, nadie puede negar es que Alien: Covenant no deja indiferente. Se trata de una película que, una vez se funde la pantalla a negro y aparecen los títulos de créditos finales, tienes que asimilar, te deja pegado a la butaca, rumiando, sin la certeza de comprender todo lo que has visto o por los menos sin saber muy bien si te ha gustado o quizá te ha dejado frío, y con la incertidumbre de un final que plantea una situación cruel para miles de inocentes habitantes de una nave interestelar.
Porque si David, el sintético interpretado por Michael Fassbender, ya era un tiparraco en Prometheus, en esta es un cabronazo de cuidado, un personaje retorcido como pocos, sin remordimientos por sus acciones (de hecho parece disfrutar con ello, sentirse superior con ello -cosa que encaja con el hecho de que los humanos lo traten como a una herramienta más-) y una sangre fría que ningún ser humano podría tener, salvo, probablemente, un psicópata; así que aquí el personaje cobra más protagonismo (y eso a pesar que tarda en hacer acto de presencia una vez pasado el prólogo), siendo, probablemente, el ser más inquietante que puebla el film.

Y eso que el planeta, a priori tan paradisíaco o ideal al menos, esconde no pocas amenazas, unos neomorfos que pondrán las cosas muy difíciles a la tripulación de la Covenant (el momento en el que llevan el enfermo a la nave es muy tenso). Pero David es el mayor de los monstruos, uno obsesionado con sus creadores (con destruirlos, quizá) y con la creación misma, con convertirse en una especie de dios (y también en Judas, como demuestra en cierto momento).

Respecto al reparto, Noomi Rapace aquí es solo un fantasma, pero se mantiene el hecho de que haya una heroína, en esta ocasión encarnada por Katherine Waterston, que nos regala un papel muy diferente al que se dio a conocer al gran público en Animales fantásticos y dónde encontrarlos. La acompañan Billy Crudup (Wachtmen), como un capitán religioso pero que no cree en sí mismo, Carmen Ejogo (Selma), Danny McBride (De culo y cuesta abajo), Demián Bichir (Che: Guerrilla), Jussie Smollett (The Skinny) y Callie Hernandez (La ciudad de las estrellas), entre otros. Una tripulación que convence.

Alien: Covenant explica cosas que quizá no hicieran falta, pero abre nuevos caminos a algo que podría ser todavía más aterrador, es una película que puede que siga sin gustar a la mayoría de los fans del xenomorfo, pero que indudablemente no deja indiferente. Inquietante y muy recomendable.


LO MEJOR:
-Michael Fassbender en su doble papel.
-Katherine Waterston y el resto del elenco.
-La realización de Ridley Scott, el diseño de producción, la fotografía...
-Un libreto con muy buenas ideas (obra de John Logan y Dante Harper) y con unos personajes más coherentes que en Prometheus.
-Que no es un blockbuster al uso, no se trata de un filme para ver y olvidar.

LO PEOR:
-No me ha disgustado la forma en la que se ha contado pero... ¿era necesario contar el origen de la criatura?

¿Quién debería verla?
Quien gustase de Prometheus, así como aquellos que no esperen una película de Alien más.

¿Y quién no?
Si no te gustó la anterior entrega esta será complicado que te convenza.

¿Y ahora qué?
Parece ser que el guion de la próxima entrega está ya listo y Scott está dispuesto a dirigirla, así que dependerá de la aceptación que tenga el film que nos ocupa. Podrían ser dos películas más, una titulada Awakening, que contaría los hechos que acontecen entre Prometheus y Alien: Covenant (cosa que un servidor, en principio, lo ve innecesario), y otra que, definitivamente, debería enlazar con Alien, el octavo pasajero (cosa que veo complicado que haga, todo sea dicho).

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