04 enero 2009

Outlander

Año 709, la Tierra. Una nave espacial cae en un lago de la actual Noruega, de ella salen dos ocupantes, sólo uno de ellos sobrevive. Éste se informa de dónde ha caído y explora la zona, encuentra un pueblo donde no hay nadie, sólo rastros de sangre. De repente aparece un jinete, intenta huir de él pero no logra escapar. Lo lleva a una aldea cercana donde lo interroga el heredero de la corona que logra sonsacarle el nombre, Kainan, y lo que estaba haciendo: cazando dragones.

Es curioso como en la época que vivimos en la que parece que ya está rizado el rizo en el cine como puede aparecer una película y sorprender en algunos aspectos. Y es que no es de extrañar que más de uno ponga cara de circunstancia cuando se entera de qué va el filme que comento, ¿a quién demonios se le ha ocurrido mezclar alienígenas humanoides y vikingos? Sin duda es una mezcla de lo más rara, yo mismo cuando hace algo más de un año leí sobre ello dudaba que fuera a funcionar, y no es que el resultado haya resultado ni mucho menos brillante, pero por lo menos ofrece dos horas de entretenimiento.

Ante todo hay que ser sincero, y Outlander es un film sincero consigo mismo, no pretende más que entretener, divertir al espectador con una historia que quizás podría haber sido más original, ya que durante todo el metraje de la cinta nos encontramos con un tópico detrás de otro. Ese es el lastre y también el acierto de la película: los tópicos. Hay escenas tópicas, personajes tópicos, argumento tópico, todo es tópico, ya visto antes de una u otra manera, pero sin embargo está contado de forma correcta, Howard McCain ha realizado un satisfactorio trabajo en la dirección, sin alardes, eso sí.

Los actores son una baza, sobre todo el protagonista, el siempre solvente Jim Caviziel (en un papel que iba a interpretar Karl Urban, que es el protagonista de El guía del desfiladero, filme con puntos en común con el que nos ocupa); también ayuda el veterano John Hurt, el cual últimamente está apareciendo en bastantes films de serie B; y en un papel más pequeño está Ron Perlman, que a mí me encanta este actor desde que lo vi en El nombre de la rosa. Después tenemos a actores menos conocidos, como son Sophia Myles y Jack Huston, pero que encajan en sus papeles a la perfección (sobre todo el segundo, he de añadir).

Los efectos especiales también resultan destacables, sobre todo en las escenas que pertenecen al planeta de los moorwen. Así como la criatura en sí, que no es que sea muy original, pero el resultado es bastante digno.

En definitiva, Outlander es una especie de revisión del mito de Beowulf, una aventura bien sazonada con ciencia ficción y unos toques de humor. Buena opción para pasar un rato divertido.


LO MEJOR:
-Que la historia tiene fondo, que nos muestra que el ser humano es egoísta y cruel.
-El hecho de que sólo pretenda entretener, o sea, que no es pretenciosa.

LO PEOR:
-Es muy poco original, con tamaño argumento seguro que podían haber logrado un filme más genuino.

¿Quién debería verla?
Quien disfrute con el cine de serie B y de aventuras en general.

Referentes:
El guía del desfiladero, Alien y Depredador.

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