19 diciembre 2010

Biutiful

Tras Babel, Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñárritu tuvieron sus más y sus menos, por lo que la pareja artística que había dado a luz filmes tan bien recibidos por la crítica dejó de serlo, y cada uno tomó su camino; de hecho, Arriaga se pasó a la dirección con el drama Lejos de la tierra quemada, protagonizada por Charlize Theron, y que tuvo en general una acogida fría. Sin embargo Iñárritu ha aguardado más para llevar un proyecto sin su antiguo compañero, y he aquí que nos ha llegado tras una buena espera.

La acción se situa en Barcelona, pero no en la ciudad de postal que filmó Woody Allen, sino en la Barcelona más marginal. Uxbal se gana la vida haciendo de intermediario, a los subsaharianos les consigue material de imitación y películas piratas que fabrican y copian, respectivamente, unos chinos que viven hacinados y explotados en un sótano; a los constructores les aporta mano de obra barata; y entremedias soborna a la policía para que no moleste. Pero, tras un hecho, su mayor preocupación se centrará en sus dos hijos pequeños, mientras que a la vez intenta ayudar a otros.

Esta película me hizo salir tocado del cine, y es que la historia que retrata, los barrios donde transcurre, los personajes que aparecen y las situaciones a las que se ven enfrascados, no son amables ni complacientes. Es un film duro, que no pretende ponerle las cosas fáciles al espectador, que más bien intenta inquietarlo mostrando una realidad puede que escondida para casi todos nosotros, pero no por ello menos real y palpable. Y a pesar de ello, de que es un baño de realidad, hace uso de elementos netamente del cine de terror a través de la capacidad médium de Uxbal, ingredientes que, de hecho, incrementan la crudeza y el realismo del conjunto.

Autenticidad que aporta un elenco en estado de gracia, principalmente por un siempre grande Javier Bardem, actor que gusta de papeles complicados y que logra insuflar vida a los personajes de forma más que convincente (consiguió por éste la Palma de Oro en Cannes); y bien acompañado que está, puesto que entre el resto del reparto tenemos a un magnífico Eduard Fernández (Fausto 5.0) como el hermano con pocos escrúpulos del protagonista, a un policía corrupto al que da vida Rubén Ochandiano (al que sin duda recordaréis por Al salir de clase, y trabajó a las órdenes de Almodóvar en Los abrazos rotos); o a una madre con problemas psicológicos interpretada por Maricel Álvarez, entre otros personajes, como la inmigrante ilegal a cuyo marido han repatriado, o el empresario chino que explota a sus propios compatriotas y que es manipulado por su amante. Ninguno de ellos son personajes transparentes, todos se mueven en una escala de grises, son contradictorios.

Con Biutiful (Ídem, 2010) Iñárritu no dejará a nadie indiferente, salir de la sala sin pensar en la película, sin que te deje un regusto amargo, tocado, es imposible. Removerá conciencias.


LO MEJOR:
-Javier Bardem y el resto del reparto.
-La ambientación y fotografía, así como la dirección de Iñárritu.
-Que al final te deja tocado.

LO PEOR:
-El ritmo, un tanto pausado. Puede hacerse lenta para algunos.

¿Quién debería verla?
Si te gusta cómo trabaja Bardem ya es un motivo para verla; por lo demás, si te gustan las películas que no se olvidan nada más salir de la sala.

¿Y quién no?
No es una película fácil, su ritmo tampoco es vertiginoso, así que si buscas un film exclusivamente para entretenerte ésta no es tu película.


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