08 febrero 2011

127 horas

Hay películas que son más conocidas por las reacciones a ciertas escenas que por la película en sí. Un ejemplo polémico y exitoso fue La pasión de Cristo, film con el que Mel Gibson se quedaba a gusto y le daba una buena paliza a Jesucristo, arrancándole piel y haciendo que mostrara hueso y carne, fustigándole durante casi todo el metraje. Fueron muy sonados los desmayos, mareos e incluso algún que otro infarto que provocaron las torturas mencionadas. 127 horas (127 hours, 2010) también es ya famosa por una escena; su crudeza y realismo ha provocado desmayos, y mira que su realizador se puede decir que no se ha recreado todo lo que podía haberlo hecho. No obstante, La pasión de Cristo, aunque me impactó, no me provocó ninguna sensación especialmente intensa (de hecho, fue una imagen que carecía de violencia alguna la que se quedó mejor en mi memoria), sin embargo con la película de Danny Boyle ha sido diferente. Netamente.

Para despistados, situémonos. 127 horas nos cuenta la historia real de Aron Ralston, un montañista y aventurero que en 2003 uno de sus brazos se quedó atrapado bajo una piedra en una estrecha y profunda grieta en mitad de un vasto desierto (en el parque Canyonlands si no recuerdo mal), de cómo sobrevivió durante cinco días sin apenas comida y agua, y cómo al final, para salir vivo de la situación, no tuvo otra opción que tomar una medida absolutamente drástica y desesperada.

El director de Slumdog Millionaire ha sido el que ha dado vida a esta increíble historia de supervivencia, con la ayuda en el guión de Simon Beaufoy (con el cual ya trabajó en el mencionado film y en Full Monty), basándose para ello en el libro que escribió el propio Aron Ralston, Between a Rock and a Hard Place.

El actor seleccionado para protagonista fue ni más ni menos que James Franco, conocido sobre todo por dar vida a Harry Osborn en la irregular trilogía de Spiderman de Sam Raimi. Dicha elección, lo que es a mí me generaba ciertas reticencias, ya que dudaba de sus cualidades dramáticas; pero he de confesar que visto lo visto, hay que decir que hace un gran trabajo, y que si no fuera por él la cinta no habría funcionado, sobre todo porque en el 95% de su duración es el único en pantalla, y el resto de los personajes no son sino meros acompañamientos para mostrarnos cómo es el prota y lo que pasa por su cabeza.

La película no me acabó de enganchar hasta bien entrada en materia, exactamente a partir de cuando el personaje de Franco tiene un lluvioso ensueño, es ahí cuando la tensión dramática toma forma y observamos que el aventurero está en un momento crítico. Antes de ello, aunque me resultaba interesante, lo cierto es que no me generó angustia constante, es algo que ya me pasó con un film de similares características como es Buried (Enterrado). Pero la gran diferencia está en la última escena. Donde Rodrigo Cortés me puso de los nervios y me generó auténtica claustrofobia, Danny Boyle ha ocasionado otro tipo de sensaciones en mí, más físicas e inesperadas, más desagradables...

Una vez se hubo terminado de liberar el protagonista, empecé a sentirme un poco raro, y ya ahí me dije “Oh, oh”. Me levanté antes de que pasara lo que imaginaba, y apenas llegué al pasillo acabé bajándolo sentado, a rastras, hasta rendirme y optar por poner los pies en alto sobre una de las butacas de la segunda fila: los mareos y sudores fríos eran ya más que evidentes. Me recuperé y salí en busca del baño, dejando detrás parte de mis pertenencias personales, pero no pude llegar a mi objetivo, otra vez volví a sentirme mal, así que me tiré al enmoquetado suelo del pasillo y puse los pies sobre la pared. Una pareja de mediana edad, muy amables, me ofrecieron ayuda (antes un chico preguntó por mi salud, pero le dije que ya me sentía mejor -como así era en aquel momento, pero me equivoqué-), el hombre sujetó mis piernas en alto y pronto apareció una acomodadora del cine, que llamó al Samur. Me volví a sentir mejor, le di las gracias al hombre y su mujer cuando se marcharon, y me senté, mas de nuevo volvieron los mareos, en esta ocasión la chica del cine me sujetó las piernas, mientras me informaba que el fin de semana había sido movidito al respecto. Al volver a mejorar mi estado la acomodadora fue en busca de un sillón, que trajo ella misma, allí me senté a la par que me traían lo que me había dejado en la sala. No tardaron en llegar los chicos del Samur, que estuvieron un buen rato en el mismo cine atendiéndome, y viendo que me iban y venían los mareos e incluso nauseas, decidieron llevarme en camilla a la ambulancia (ha sido la primera vez que me han transportado en camilla, fuera de un hospital, y me han metido en una ambulancia). Allí, después de un rato de estar cabeza abajo, comprobar la tensión y las pulsaciones, me dieron la opción de ir al hospital para estar en observación, cosa que rechacé al sentirme bien. Así que me levanté, les agradecí su ayuda y atención, y me fui de nuevo a mi hogar, recuperado y con la cosa de no haber visto la película hasta el final. Así pues, he sido una nueva víctima de Danny Boyle, que ha hecho que por primera vez en mi vida haya salido de la sala antes de que aparecieran los créditos.


LO MEJOR:
-La pareja que me ayudó y la chica del cine, así como el chico que preguntó por mi estado, cuando el resto de la gente pasaba de largo sin aparentemente molestarse en mirar a un tipo que estaba tirado en el suelo.
-Los chicos del Samur, simpáticos y profesionales, hicieron que el trance fuera algo menos vergonzoso y doloroso.
-James Franco, muy buena su interpretación. Bien merecida su nominación a los Oscar.

LO PEOR:
-Que a algunos les pareció gracioso verme tendido en el suelo con los pies sobre las butacas. No niego que dicha escena pueda tener cierta comicidad, pero pienso que al menos antes de reír hay que comprobar el estado de la persona.
-Que nadie de la sala se levantara para comprobar mi estado, y que en el pasillo muchos pasaran de largo sin preguntar, ¿y si hubiese sido un tipo con un ataque al corazón?

¿Quién debería verla?
Si te gusta el cine de Boyle, y las historias de supervivencia extrema en general.

¿Y quién no?
Si eres sensible a las escenas duras y realistas. O al menos recomiendo que no mires la escena en cuestión y sobre todo evitar sugestionarte en exceso, como a mí me pasó.

10 comentarios:

Bibliotecario dijo...

Una cronica atipica, auqnue interesante. Menos mal que al final se te paso, y no tuvieron que llevarte al hospital.

Lo unico que te ha faltado, por imposibilidad, es valorar la pelicula. Aunque por lo que viste ¿Crees que esta hecha para conducir a las "escenas impactantes", o que solo son una parte imprescindible del film?

PD: Esperemos que no la proyecten en 3D, pues por lo que te comentaron, ya seria el acabose.

Neovallense dijo...

Es cierto, no he hecho una valración final como tengo acostumbrado, y si no lo he hecho, como insinúas, es por el hecho de no poder acabar de verla. También es cierto que no me perdí mucho de la película, ya que la escena comentada es casi al final, poco más debe de haber después de ella; pero vamos, también pienso que por lo que comento algo se puede deducir de cómo está el film.

Respondiendo a tu cuestión, no pienso que esté hecha simplemente para mostrar la secuencia de la "liberación", aunque sí para justificarla, o sea, para hacernos ver que el personaje en cuestión tenía lo que hay que tener para hacer lo que hizo, para tomar esa crítica desición, porque era "eso" o morir. No sé si me explico.

Resumiendo. En líneas generales la película me gustó, pero sólo a ratos logró inmergirme en la situación, y ya a partir del ensueño que comento en la crítica-crónica me metí en el tema. Así, la nota general que le pondría es un 6,5.

Y no, por suerte no la han estrenado en salas 3D.

Saludos, y gracias por comentar.

Kururin dijo...

Madre mía, menos mal que se quedó en un susto. Yo he leído el libro y en su momento me enteré de la noticia. La peli no me llama demasiado, el señor Boyle peca de efectista.

Algo parecido a lo tuyo, aunque sin llegar a mareos fuertes, me pasó con una escena de "La pianista", de Haneke. Y de sopetón, que puede llegar a ser mucho más impactante. Logró, en un dudoso gesto de gratitud, que devolviera la comida al plato. Pero ya no era demasiado apetecible.

Saludos.

Neovallense dijo...

Yo estaba entre la duda si ir a ver la peli en cuestión, "Camino a la libertad" o "Primos", al final me decanté por la primera opción y no fue la acertada... desde luego. El cine de Boyle, por regla general, sí, busca impresionar.

De "La pianista" me han hablado 'maravillas', desde luego para que una escena te produzca tal reacción poco agradable debe de ser... Y es que los espectadores a veces tenemos que sufrir más de la cuenta.

Saludos y gracias por comentar.

Heitor dijo...

Es curioso como hay ciertas escenas que provocan reacciones en los humanos. Y no suelen ser las más bestias ni las más sangrientas... pero parece que nos domina un subconsciente colectivo que nos une.
Me ha llamado la atención porque, a un gran amigo, como le pasó a Kururin, le dio un jamacuco con una escena de "La pianista"... y apuesto a que es la misma. También se escucha que ha habido desmayos varios en la de Boyle. Y todos sabemos que hay películas más bruticas.
En fin, reflexiones de todo a cien. Lo importante es que todo quedó en un susto y constata que eso de ayudar al prójimo no se estila mucho en nuestros días. Una pena.
Un saludete.

Neovallense dijo...

Cierto, cierto, yo he visto escenas que se pueden considerar más bestias y no me causaron la misma reacción; supongo que debido al contexto de la historia y demás.

Bueno, siempre hay gente que ayuda, lo malo es que hay más que pasan de largo v_v

Un saludete y merçi por comentar.

Mad Max dijo...

Pues has hecho que quiera ver esta película pero ya!!!! :P
Mi novia me comentó esta situación o reacciones a la película en sí y pensé que no sería para tanto, pero viendo lo que pasó... pufff!!!
Siento que te pasara esto con la película.
Y todavía me parece peor que mucha gente pasara de tí en tu situación y encima se 'chotase' de tu situación... A cualquiera le puede dar un bajón de tensión, calentón o cualquier cosa similar en un cine, en el metro y puede necesitar ayuda.

Un saludo.

Neovallense dijo...

Jejje, me temo que habrá mucha gente que sólo irá a verla por la escena en cuestión, por el morbillo. Yo por ahora conozco a una persona que fue a verla y la chiquilla salió entusiasmada, parece que no le afectó tanto la secuencia susodicha. Soy un debilucho v_v xD

El otro día, precisamente, presencié en el metro una escena de mareo/ataque, y hubo mucha gente que ayudó al hombre, aunque no atinaron muy bien al intentar sentarlo en un banco cuando estaba teniendo pequeñas convulsiones y estaba muy rígido. Vamos, que sigo teniendo algo de fe en el ser humano...

Saludos y gracias por opinar por estos lares ^^

Joruji dijo...

Joder, menos mal que solo fue un susto. Es para tanto esa escena? yo no he visto la peli pero ya se lo que ocurre al final...
supongo que eres bastante sensible a ese tipo de escenas; supongo que no habrás visto ninguna peli de saw entera...
salu2

Neovallense dijo...

Bueno, la escena es potente, no soy el único caso de mareo, salidas de salas e incluso desmayos; es cruda. De todos modos soy algo sensible según qué peli (aún no he visto ninguna de "Saw", por cierto), ya que ya me ocurrió hace años con otra (bueno, en ese caso me desmayé), e incluso con una simple conversación en clase (no recuerdo de qué era, quizá historia...). Pero vamos, yo diría que depende de como me pille, aunque desde que vi "127 horas" he de decir que estoy más sensible que de costumbre (al ver "Cisne negro", por ejemplo, hubo más de un momento que me desagradó).

Totá, que soy un debilucho xD

¡¡Gracias por comentar!!