06 junio 2012

Les Lyonnais

Siguiendo la recomendación de un compañero y amigo de andanzas literarias (además de amante del cine y de las buenas series) me acerqué a una sala para degustar Les Lyonnais (ídem, 2011) en versión original (con sus subtítulos). Se trata de un film franco-belga dirigido y escrito por Olivier Marchal, basándose libremente en el libro autobiográfico Por un puñado de cerezas de Edmond Vidal, y que cuenta precisamente, y a grandes rasgos, la vida de Vidal, alias Momon, pero centrándose en unos momentos concretos. Para ser más precisos, la historia comienza cuando la policía atrapa a Serge Suttel, amigo de toda la vida de Momon, y cómo este decide finalmente salvarlo de llevarse una buena cantidad de años entre rejas, pero no será su único problema, ya que Serge ha molestado a mafiosos con muy malas pulgas, y harán todo lo que crean necesario para acabar con él, incluido amenazar a aquellos que les ayuden.

Antes de dirigir films como Asuntos pendientes, MR 73 o Gangsters, Olivier Marchal trabajó como actor en No se lo digas a nadie, No despertar al policía que duerme o en diversas series, y antes de ello fue policía. Supongo que esta última experiencia laboral le ha sido bastante útil para sus trabajos cinematográficos, porque no viene mal desde luego conocer previamente el mundo que quieres trasladar en imágenes y así lograr un mayor realismo. Algo de eso tiene Les Lyonnais, desde su comienzo con la boda y los festejos de la misma (una escena que recuerda mucho a El padrino, en realidad es todo un homenaje a la película de Coppola), hasta el final consigue transmitir ese realismo, y yo diría que se lo debemos a una buena puesta en escena y una buena dirección de actores, de los cuales, por cierto, sobresale Gérard Lanvin (Cuenta atrás), en un retrato creíble de un hombre que, por seguir sus principios, deja a un lado, a su pesar, aquellos que le importan.

La verdad es que Lanvin se come con patatas a Tchéky Karyo cada vez que comparten escenas, y no es que el segundo sea un mal actor, bien conocidas son sus interpretaciones de francés en un puñado de películas norteamericanas, quizá es porque la química entre los dos intérpretes no se vea; cosa que sí lo hace entre sus encarnaciones setenteras, Dimitri Storoge (Rien de personnel) como Momon y Olivier Chantreu como Serge jovenzuelo, cosa que, por otra parte, tiene su lógica. En todo caso la labor de los intérpretes es muy buena, y también habría que añadir Daniel Duval (Caché) y Lionel Astier (Bienvenue à bord), y a la joven Stéphane Caillard (Rabat).

En realidad Les Lyonnais no es tanto el final de la historia de un grupo de atracadores de principios de los setenta, como una historia de amistad inquebrantable tenga las consecuencias que tenga. Es el principio de la lealtad el que rige a los personajes, es por lealtad por lo que Momon (y otros viejos miembros de la banda) pone en peligro la vida de su familia, sale de su tranquilidad, y decide ayudar a un viejo amigo y compañero de robos. Viejos códigos para viejos delincuentes (o canallas, como los llaman durante toda la película), y rudos y violentos modales para alcanzar el objetivo. Y es que al fin y al cabo, lo que queremos todos es tener una vida tranquila... y una familia feliz.


LO MEJOR:
-Un buen reparto, con un gran Gérard Lanvin a la cabeza.
-Que sin darse uno cuenta se queda enganchado a la historia, Olivier Marchal ha sabido contarla.

LO PEOR:
-La trama policial está un poco diluida, es imposible en ocasiones no preguntarse dónde estará el policía.

¿Quién debería verla?
Si te gusta el cine de mafiosos donde prima los personajes sobre la acción (que también la hay).

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