22 enero 2015

Frankenweenie

Es curioso lo de algunos directores, con sus peores obras son con la que más éxito han conseguido. Eso le ha pasado a Tim Burton con el remake de El planeta de los simios y Alicia en el País de la Maravillas, de lejos sus dos peores cintas y de lejos sus mayores éxitos comerciales, de ahí que los que se encargan de publicitar sus nuevos trabajos suelan añadir la coletilla “del director de Alicia en el País de las Maravillas”, y cada vez que lo veo como reclamo lo cierto es que más que entrarme ganas de ver la película en cuestión me dan ganas de elegir cualquier otra. Con Frankenweenie (ídem, 2012) sin embargo no fue suficiente razón para no acercarme a una sala, ya que los carteles así como el tráiler consiguieron resultarme suficientemente atractivos como para pensar que estábamos ante el regreso del buen Tim Burton.

19 enero 2015

A por el décimo

Cada 19 de enero se festeja un hecho insólito: el aniversario del blog que visitas en estos momentos. Y con este van nueve, nueve años en la Red de redes... Se dice pronto.

2014 ha sido, en verdad, más fructífero de lo que imaginaba, al menos en lo que se refiere a la actividad de la bitácora, o sea, he publicado más entradas de las esperadas, lo cual no quiere decir que tuviese en mente un número en particular. En total han sido 51 entradas, la mayoría reseñas de cine (37, si no he contado mal) y unas cuantas dedicadas a tebeos (2) y a libros (otros 2) e incluso una reflexión política (entre alguna otra cosilla). La verdad es que al comenzar el año pasado dudaba mucho que fuera a acercarme a la media centena, así que acabar con un promedio de casi una entrada semanal es todo un logro, de hecho hasta superé la cantidad de 2013.

08 enero 2015

El atlas de las nubes, de David Mitchell


La adaptación cinematográfica que firmaron los hermanos Wachowski y Tom Tykwer de El atlas de las nubes me resultó tan fascinante que la vi tres veces en pantalla grande, así que era lógico que tarde o temprano terminara por adentrarme en la novela en la que se basaron para crear tan fantástica historia.

Entiendo, tal y como lo entendí en su momento, que muchos de los que habían leído la novela de David Mitchell antes de ver el filme se sintieran decepcionados con la adaptación pero, sin embargo, sigo sin compartir su desencanto. Y es que, nos guste o no, es imprescindible realizar cambios en la traslación a imagen de un libro, la cuestión radica en que los autores de dicha traslación sepan captar la esencia y el núcleo del material del que parten y, a la par, otorgar una personalidad propia a la nueva obra surgida. Cosas que, a mi modo de ver, logró con nota la película del trío de realizadores.

Una vez dicho esto, me olvidaré de la mencionada adaptación y me centraré en lo que toca, que es la obra de David Mitchell.