16 abril 2017

Stop Over in Hell (Parada en el infierno)

La tercera película del viernes en la Muestra Syfy era una primicia mundial (con gran parte del reparto presente), un western español con reparto internacional y rodado en, entre otras localizaciones, Colmenar Viejo. ¿Qué podía salir mal?

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El sueño de un joven es ir en pos de aventuras y nuevas tierras para crear su propio rancho, pero por ahora se gana la vida en una parada de diligencias junto a su viejo compañero (en efecto, no me acuerdo del nombre de ninguno de los dos personajes), a la espera de que llegue la siguiente diligencia, y atendiendo a clientes como a dos hermanas que se dirigen al oeste para reclamar y vender unas tierras de su recién difunto padre. Todos ellos se toparán, para su desgracia, con el Coronel y sus secuaces, los cuales quieren robar la diligencia con el oro.

Víctor Matellano (¡Zarpazos! Un viaje por el Spanish Horror, Wax) dirige y coescribe (los otros dos guionistas son Antonio Durán y Juan Gabriel García) este western ambientado no muy al oeste, con unos buenos la mar de simpáticos, dos mujeres luchadoras y un grupo de malos sin conciencia que solo creen en su propia ley, y que retienen a los primeros a la espera del ansiado oro. Por tanto, la mayor parte de la historia nos encontramos con unos personajes encerrados en una cabaña, charlando de cuestiones más o menos banales (en realidad es el Coronel el que lo dice casi todo), de forma más o menos amenazadora, pasando el rato en ocasiones crucificando a un pobre anciano, cortando manos u otras partes del cuerpo, entre otros entretenimientos habituales en psicópatas y pervertidos; todo ello acompañado, eso sí, por ruidos extraños quizá procedentes del techo... quizá.

Stop Over in Hell (ídem, 2016) no es lo que se dice un gran western, de hecho no llega a ser bueno, pero hay que reconocerle interés por conseguirlo, un inicio que despierta la curiosidad, y dos personajes femeninos que no se dejan amedrentar, sino que se enfrentan a la adversidad a pesar de ser más grande y fuerte que ellas. Eso y alguna conversación (con un sincronización del doblaje, digamos, que fallido) alrededor de la mesa que explica el estilo de vida del Coronel y compañía, personaje que por momentos resulta siniestro, u otras que logran cierta emoción por cómo acabará la escena (la cena con las dos burguesas y el hombre de los elixires).

Por cierto, entre el reparto, cuyas actuaciones en general no me han resultado especialmente malas, está Tania Watson como la mujer luchadora, mientras que Veki G. Velilla (Anclados) es su hermana pequeña; Tábata Cerezo (Tini: El gran cambio de Violetta) como una india sin habla; Nadia de Santiago (Amar es para siempre) como la chica burguesa, Víctor Vidal (V.O.S.) como el joven con sueños del lejano oeste, Antonio Mayans (Don Cipote de la Manga) como el Coronel y, entre otros, Enzo G. Castellari, realizador de películas como 1990: Los guerreros del Bronx.

Stop Over in Hell me ha recordado en parte a Los odiosos ocho, al fin y al cabo los personajes hablan mucho alrededor de una mesa y se encuentran en cierto modo atrapados en una cabaña, obviamente el film de Tarantino brilla más en todos los sentidos, pero no es menos cierto que la segunda se hace muy larga (sus tres horas no ayudan), mientras que la cinta de Matellanos si bien no provoca fascinación tampoco aburre en su hora y media de metraje.


LO MEJOR:
-Un malo maloso inmisericorde de cierta entidad.
-Que no me aburrió.

LO PEOR:
-Esos sonidos extraños e inexplicables, la mala sincronización del doblaje...

¿Quién debería verla?
Los fanáticos absolutos del cine del oeste, aunque para un buen western español yo vería Blackthorn.

¿Y quién no?
Además de ser una película del oeste también tiene sus instantes sangrientos, así que ya hay ahí dos motivos por los que a muchos probablemente no interese (y otros muchos sí).

EDITADO (01/12/2017) El director y casi todo el reparto estuvieron presentes durante la presentación del film:

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